El misterio que rodea la hospitalización del secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, ha quedado desvelado, al menos en parte. El jefe del Pentágono padecía cáncer de próstata y su entrada el 1 de enero, que también mantuvo oculto a su presidente Joe Biden durante tres días, tuvo que sufrir una infección durante una operación quirúrgica vinculada a ese mismo hospital cuando tenía algo en mente. El 22 de diciembre, luego de que se diera a conocer en el Centro Médico Militar Walter Reed, donde continuaba internado. Pero la Casa Blanca reconoció que Biden no fue bienvenido hasta el momento de la natural enfermedad de su secretaria.
«Nadie en la Casa Blanca sabía que el secretario Austin tendría cáncer este martes», reconoció la portavoz presidencial Karine Jean-Pierre en su diario, pocos minutos después del anuncio de Walter Reed. Inicialmente, el Pentágono indicó que la primera operación era electiva, es decir, que no era médicamente necesaria.
La notificación del hospital militar se envió casi una semana después de que el Pentágono y el propio Austin se enfrentaran a numerosas críticas por responder a la comunicación sobre el estado de salud del soldado, según la cadencia del mando militar de EE UU, sólo después de su propio Biden. Si bien el general de cuatro estrellas había ingresado el lunes 1, recién avisó a la Casa Blanca tres días después. El primer comunicado público sobre la hospitalización fue revelado a Viernes 5. Su segunda, Kathleen Hicks, en Puerto Rico, asumió algunas de sus funciones, pero pronto aprendió mucho de la situación del primer momento.
La Casa Blanca, sin embargo, insiste en que mantiene su confianza en el soldado, un hombre de personalidad introvertida y al que no le gusta revelar los detalles de su vida privada. El presidente Biden planea continuar con Austin en el centro del Pentágono al menos hasta que finalice su primer mandato el próximo año, aseguró Jean-Pierre.
«Obviamente, el cáncer de próstata y sus tratamientos son profundamente personales», dijo el líder del Pentágono, el general Pat Ryder, en un intento de justificar la falta de comunicación sobre la salud de su superior.
El médico de Walter Reed informa de una mejora en la salud de Austin. “Su infección se ha curado. Estamos avanzando y esperamos lograr una recuperación total, aunque puede ser un proceso lento”, dijo el centro en un comunicado distribuido por el Pentágono.
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El tratamiento contra el cáncer que dejó al general con fuertes dolores abdominales, caídas y pies, según el hospital. Luego de que le diagnosticaran una infección del tracto urinario, lo internaron en la Unidad de Cuidados Intensivos de 2 de nero. “Un examen más detallado reveló la acumulación de líquido abdominal que complicaba el funcionamiento de su intestino grueso. El resultado fue una acumulación de su contenido intestinal, que fue eliminado colocándole un tubo por las fosas nasales para drenar su estómago”, explican el director de Trauma, John Maddox, y el director del Centro de Investigación de Enfermería de Próstata de Walter Reed, Gregory Chesnut. , firmantes del comunicado.
La administración Biden anunció una revisión de los protocolos de comunicación para casos de aislamiento. Hasta ahora, aunque, en palabras del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, estaba “esperando” a que los representantes del gobierno le informaran de su paradero, la oficina presidencial sólo ha realizado un control algunas mañanas, que se limita a verificar la ciudad o pueblo en lo que te encuentres.
El Pentágono también anunció una revisión de sus propios procedimientos, que durará 30 días. Este examen, según Ryder, te ayudará a determinar qué puedes mejorar en comunicación y cuál es el mejor momento para informar al público. “Claramente, podemos hacerlo mejor y lo tendremos mejor en el futuro. Aprendamos la lección”, dijo el portavoz.
En el caso de Austin, la falta de transparencia fue más emblemática porque su responsabilidad como segunda al mando la obliga a estar disponible en cualquier momento ante una emergencia de seguridad nacional. Y Estados Unidos sigue buscando enfrentamientos en Ucrania, donde Rusia ha retomado su ofensiva, y en Oriente Medio, donde el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza se está extendiendo por toda la región.
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